viernes, 10 de mayo de 2013

Hitler y los payasos

Charlie Rivel en Viena, 1972

La ocupación alemana de Dinamarca sorprende a Charlie Rivel (Josep Andreu) y a su familia actuando en Copenhague. El régimen de Hitler le obliga a volver a Berlín para cumplir con los contratos que tenía firmados con teatros berlineses durante los tres años siguientes.

El éxito es imparable y acaba convirtiéndose en una de las estrellas más aclamadas del régimen. En 1944, durante una de sus actuaciones en la Scala de Berlín, un agente de la Gestapo, Krauss, le "invita" a preparar una actuación para la fiesta de cumpleaños que está organizando en honor del Führer. La situación se vuelve más incómoda y se complica cuando Krauss revela la admiración que siente por el payaso y la intención que tiene de actuar a su lado en el número circense. Charlie Rivel y su compañero de escenario, Witzi, no lo ven nada claro pero la intimidación se hace evidente y deben aceptar la propuesta a regañadientes (especialmente Witzi, cuya esposa, de origen judío, fue asesinada por la Gestapo, y no puede evitar mostrar su resentimiento y profundo odio por Krauss y todo lo que representa).

La deportación de Witzi y la entrada en escena de Golo, el payaso que lo sustituye, dan un giro a la historia: la vida de Hitler se verá amenazada, lo cual puede cambiar el curso de la guerra y la historia.

Esta es la trama de la película El pallasso i el Führer (2007), dirigida por Eduard Cortés y basada en la obra de teatro Uuuuh! (1). Una obra que nos quiere hacer reflexionar sobre las relaciones entre el arte y la política de este circo, a menudo cruel, que es la vida. Una ficción que juega con el papel del artista en la sociedad ante las circunstancias históricas que le toca vivir, en este caso un payaso en el contexto de la tragedia más grande de la historia de la humanidad: la II Guerra Mundial y el holocausto nazi. Pero, ¿existe un referente histórico en este argumento?

Explica Eduard Cortés en una entrevista en Mentes inquietas: "El punto de partida es rigurosamente histórico. En 1944 Charlie Rivel (1896-1983) se encontraba en Berlín. Al comenzar la guerra había abandonado Alemania y se había instalado en Dinamarca, pero cuando los nazis ocuparon este país lo obligaron a volver para cumplir sus contratos. Entonces ya era un payaso reconocido y famoso. El pueblo alemán lo adoraba, y su éxito era absolutamente espectacular. Llenaba diariamente tres sesiones en la Scala de Varietés. El régimen lo mimaba y el poder se hacía con él. El mismo Goering produjo una película para que la protagonizara su amante, y Charlie Rivel fue contratado por coprotagonizarla. Por lo tanto, nada de lo que sale en la obra no está dentro de unos parámetros históricamente razonables”.

La obra de teatro y la programación de la película fueron motivos para que la familia Andreu recibiera ataques por la relación de Charlie con el nazismo, y que se cuestionara que el famoso payaso tuviera derecho a tener la Creu de Sant Jordi (la máxima distinción que la Generalitat de Cataluña otorga a las personas que en sus ámbitos profesionales han destacado como representantes de la cultura y la ciencia), que como recogía La Vanguardia del 12 de octubre de 1983, se le concedía "en reconocimiento de sus excepcionales cualidades porque, transformado en Charlie Rivel, ha hecho nacer sonrisas en todo el mundo, mostrando la sutil poesía de su oficio de payaso".

¿Nos encontramos ante uno de esos casos en los que la gente confunde ficción y realidad y hace pagar a los protagonistas y a sus descendientes por una fabulación que servía a intereses artísticos? ¿Era motivo suficiente haber actuado en la Alemania nazi para encender los ánimos de la gente?

Quizás no. Pero hay que atender a lo que explica la familia Andreu Rivel, porque destapa más sorpresas de las que imaginamos. El fundador de la famosa dinastía de payasos, los Rivels, fue Pere Andreu Pausas (Sants, Barcelona, (1865-1957), que se casó con la funambulista francesa Marie-Louise Lasserre Seguino a finales del siglo XIX. Tuvieron seis hijos: Nena, Josep (Charlie Rivel), Pol, René, Marcel (Celito Rivel) y Roger (Rogelio Rivel). Desde los años veinte hasta principios de los setenta, la familia tuvo su residencia oficial en una villa de Chennevières Sur-Marne, cerca del término municipal de París.

Los tres Rivels en la Radio TV Usterreich de Alemania

A principios de los años treinta, mientras estaban en Alemania en gira permanente, la familia se separó a causa de los enfrentamientos personales y políticos de Charlie (a quien acusan de autoritario y ambicioso, y de ser un hombre al que lo que más le apasionaba era tener mucha gente a su alrededor, que le halagaran y que hablaran bien de él) con el padre y el resto de la familia. Charlie Rivel decidió continuar actuando en solitario junto a su esposa y sus hijos "bajo la tutela del Tercer Reich, convertido, consciente o inconscientemente, en el bufón de Hitler". Más tarde, ya comenzada la II Guerra Mundial, los otros hermanos Rivel colaboraron con la Resistencia, en París, mientras acusan a Charlie de connivencia con el nazismo:

"Es, a partir de esta crítica situación, que comienza una nueva fase en el seno de la familia Andreu. Charlie decide que lo mejor para él y su familia es buscar la independencia profesional alejándose de cualquier actividad compartida con el padre y el resto de hermanos. Después de todo, conoce mucha gente del régimen y sabe que las oportunidades laborales no le faltarán." (2)

De su talante autoritario y machista habla su nieto Jacques, hijo de Paulina Schumann (Barcelona, 1921), hija de Rivel, a la que se refería como la "puttana". A raíz de la retrospectiva que el Circo Price le dedicó a Paulina en 2011, Jacques explicó algunas intimidades al diario Ara:

"[Charlie Rivel era] autoritario, pero limitado y primario. Las chicas para él no eran nada. Era muy machista y muy malo en todos los sentidos, pegaba a sus hijos, e incluso a mí, con el cinturón, aunque fue un profesional de una gran inteligencia y talento. Los Rivel eran un familia estúpida y destructiva, aunque los Schumman tampoco eran muy inteligentes." (3)

Esta es la versión de la familia Andreu Rivel, que se mantiene todavía hoy. Cuando la germanista Rosa Sala Rose estuvo indagando sobre la vida de Rivel a través de su autobiografía, Pobre payaso (1973), no encontró nada concluyente, como se puede leer en "Charlie Rivel y el globo de Milá" (4). Pero en este mismo artículo –que vale la pena leer por la anécdota que cuenta sobre el acróbata Joan Milà–, un componente de la familia se reafirma en el papel que Charlie Rivel desarrolló en la Alemania nazi y muestra su rechazo absoluto hacia su figura.

De todos modos, a falta de documentos aclaratorios tanto las autobiografías como las disputas familiares se deben tomar con prudencia porque ni las unas ni las otras suelen ser suficientemente sinceras, a veces por exceso, a veces por defecto.

Pero en 2007, en Alemania, y en 2009, en España, se publica Cartas a Hitler, un interesante libro que recoge algunas de las miles de cartas que particulares, asociaciones e instituciones enviaron a Hitler por razones diversas. Antologadas por Henrik Eberle, provienen de archivos soviéticos y ofrecen de primera mano los sentimientos de alemanes de todo tipo que bajo un "Estimado Führer" vierten felicitaciones, peticiones o airadas protestas, lo glorifican como Mesías o lo tachan de encarnación del Mal; incluso algunos judíos se quejan ingenuamente de la marginación que sufren.


Pero yendo a lo que nos interesa, en uno de los telegramas publicados Charlie Rivel le deseaba a Hitler, en 1943, "salud, fuerza y energía" para lograr "la victoria definitiva" (den Endsieg) (5). Además, terminada la guerra, Rivel pide ayuda a Franco, que le concede el pasaporte y la entrada en España. ¿Son concluyentes, estos datos? Hay que seguir investigando, pero este no es el objetivo de este apunte. Lo dejamos abierto para que los especialistas se pongan manos a la obra. En todo caso, es evidente que la figura de este payaso universal se desdibuja y toma unos contornos diferentes. ¿Se le puede perdonar al artista? ¿Podemos poner a Rivel junto a Marinetti, Céline, Eliot o Wagner?


El telegrama de 20 de abril de 1943 que Charlie Rivel
envia a Hitler por su aniversario
(Fuente: Familia Rivel)

La propia familia afirma que ninguno de los libros biográficos o artículos periodísticos aparecidos hasta el momento reflejan, de forma exacta y coherente, las aventuras y desventuras de los miembros del clan. Alemania es el país donde más y con más profundidad se ha escrito sobre la familia. De hecho, el éxito que tuvieron en este país toda la familia Rivel, incluido Charlie, fue muy importante. Las hemerotecas de los principales periódicos y archivos de la TV son la mejor muestra. También René, Marcel y Roger opinaban que "uno de los mejores públicos del mundo es el alemán por saber diferenciar, de forma muy clara, la simple diversión del auténtico arte, además de valorar el mundo artístico en su justa medida, especialmente el gran espectáculo del circo "(6).

Esta pasión por el mundo del circo, y concretamente por los payasos, no era, pues, extraña en Alemania antes de la llegada de Hitler al poder. Aquella Alemania capaz de diferenciar entre entretenimiento y arte, la flamante y fabulosa Alemania de la República de Weimar capaz de elevar el cabaret a la categoría de arte y el cine a la máxima expresión narrativa, estilística y visual, no era la Alemania nazi que tras la máscara del payaso esconde una singular tragedia que empieza a estallar cuando, en 1935, la familia Rivel ya se plantea hacer las maletas y romper los contratos que les ligan al país, cosa que cuando empiece la guerra , el 1 de septiembre de 1939, será efectiva.

¡Cuán trágica es esta carpa circense en la macabra pista del nazismo (es curioso, pero los payasos me han parecido siempre personajes tristes, y aquí, la pintura parece esconder un destino no deseado pero que corrobora mis impresiones)! Cuán trágica es, decía, que propongo hacer un salto de sólo un mes antes de que las tropas alemanas invadan Polonia.

Alex y Rico

En agosto de 1939 los payasos Alex y Rico Briatore están en Berlín. Dejaremos en cuarentena qué venda tenía la gente ante los ojos que no les permitía ver lo que ocurría a su alrededor, o qué justificación utilizaban para hacer ver que aquello no iba con ellos. No sé, quizás es que la sensibilidad ha cambiado tanto que hay cosas que no se pueden plantear o comparar desde el presente.

Enrico Briatore Guisa (Birmingham, 1880-Valencia, 1965) y su tío Alexandro Briatore d’Angolys (Cáucaso, 1870-Barcelona, 1960) pertenecían a una extensa y antigua familia del mundo del circo (7). La familia Briatore coincidió en el Circo Ecuestre de la plaza de Cataluña de Barcelona, que funcionó entre los años 1879-1895, fundado por Gil Vicente Alegría, con otras familias como los Jarque, Ott, Aragón, Mullens y los mismos Alegría. Las hijas del patriarca Alegría, María y Emilia, se casaron respectivamente con Enrico "Rico" y Alexandro "Alex".

Al igual que con Charlie Rivel, los Briatore-Alegría ataban Barcelona y Cataluña con el Tercer Reich. El "cronista" de la familia, M. B. Poveda, nos cuenta que en ese mes de agosto de 1939 Rico y Alex, que llevan años de gira por la Alemania nazi con el Circo Busch, son invitados a actuar en la sede del Ministerio de Propaganda nazi ante Goebbels, Goering y Hitler. Citando a los propios payasos, Poveda nos dice que los verdugos nazis "se rieron una barbaridad, incluso nos invitaron a toda la familia a cenar en su misma mesa".

Cartel de la actuació de Rico y Alex en Berlín el año 1939
(Fuente: M. B. Poveda)

Pocos días después actuaban en Varsovia cuando comenzó la guerra, y tuvieron que salir a escondidas dejando tras de sí más de dos toneladas de equipaje. Volvieron a Alemania de noche en tren y finalmente cruzaron a pie la frontera con Francia después de sobornar a la policía fronteriza, que no querían dejar pasar a Rico con pasaporte británico.

Ya fuera de Alemania, la vida de los Briatore vuelve a la normalidad mientras en el Tercer Reich las cámaras de gas y los hornos calientan el crudo invierno. Giras por Portugal, por España y actuaciones en el Olimpia de Barcelona. Dos países más tranquilos, pacificados por Salazar y Franco. Para algunos la vida no se detiene. Cuando en 1945 acabe la guerra, Alex Briatore, con 75 años, se retirará de las pistas (Rico lo hará en 1949 en Valencia) y vivirá sus últimos años en la Ronda de Sant Pau.

El 30 de abril de 1945 Hitler se suicidará. Dejaba su circo particular bañado de sangre. Tacharlo de payaso sería un agravio a los cómicos que como Charles Chaplin supieron ver pronto qué tipo de personaje quería dominar el mundo cuando retrató a Hitler en El gran dictador (1940). Seguro que el Führer no se rió una barbaridad ni invitó a cenar a Charlot.

Cosas de la vida, dicen que Charlie Rivel ganó un concurso de imitadores de Charlot donde participaba el mismo Chaplin, que se costó a Rivel y le preguntó: "¿Es usted quien me imita a mí, o yo quien le 'imito a usted?” ¡Qué ironía!

*

Notas: 

(1) El pallasso i el Führer (2007) está basada en el texto teatral Uuuuh! (2006), de Gerard Vázquez, un proyecto del T6 del TNC (Teatre Nacional de Catalunya). La adaptación audiovisual ha sido coescrita por Gerard Vázquez, Eduard Cortés y Joan Font, director escénico de la obra teatral.
(2) Las citas han sido extraídas de la web Historia resumida de la familia Andreu Rivel [página web]. <http://www.andreu-rivels.web44.net/historia-rivel.htm> [Consulta: 2 de mayo de 2013]. Esta página está activa parcialmente. Se puede acceder a "La Familia Andreu Rivel: la verdadera historia..." [en línea], de la web Malabart. Revista digital de malabares, circo y arte de calle, 2 de junio de 2012, <http://www.malabart.com/?p=2175>, que es una copia de la página web original de la familia Andreu Rivel <http://www.andreu-rivels.org>, con información biográfica que llega sólo hasta el año 1935. Consta una relación de los capítulos que aún están por desarrollar.
(3) "Charlie Rivel, un gran payaso pero un pobre hombre" [en línea]. Ara, 8 de octubre de 2011. <http://www.ara.cat/cultura/Charlie_Rivel-circ-biografia-Paulina_0_568743236.html>. De enero a mayo del mismo año, Arts Santa Mònica de Barcelona ofreció la exposición Paulina Schumann. Un segle de circ, que fue acompañada del libro Un siglo de circo, Barcelona: Angle Editorial, 2011.
(4) "Charlie Rivel y el globo de Milá", Blog de Rosa Sala Rose <http://rosasalarose.blogspot.com.es/2009/07/charlie-rivel-y-el-globo-de-mila.html>.
(5) Bada, Ricardo. "Cartas a Hitler: historia epistolar de la infamia" [en línea], La jornada semanal, núm. 691, 1 de junio de 2008. <http://www.jornada.unam.mx/2008/06/01/sem-bada.html>. [Consulta: 2 de mayo de 2013].
(6) Historia resumida de la familia Andreu Rivel [página web]. <http://www.andreurivels.web44.net/historia-rivel.htm>. [Consulta: 2 de mayo de 2013].
(7) "Rico y Alex", Circo, familias Alegría Briatore Jarque [blog]. <http://circoecuestrealegria.blogspot.com.es/2011/07/rico-y-alex.html>. [Consulta: 2 de mayo de 2013].


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Exposición permanente del payaso Charlie Rivel. Página web del Museo de Cubelles.

Exposición permanente del payaso Charlie Rivel. Bloc del Museo de Cubelles.

Charlie Rivel en Circo Méliès: libros y películas.

lunes, 1 de abril de 2013

1942: ¡Alemania y Japón invaden Estados Unidos!

Life, 2 de març de 1942

Pocos países hay en el mundo tan paranoicos como los Estados Unidos de América (permitidme el recurso de la hipérbole). Se pasó toda la Guerra Fría persiguiendo comunistas y "brujas", y ahora, a falta de soviéticos (y como es feo perseguir ecologistas), persigue los terroristas y los fantasmas que ellos mismos han fabricado y armado. Bin Laden es el penúltimo.

A principios de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, Alemania y Japón se paseaban triunfalmente, una en Europa, el otro en Asia. El 11 de diciembre de 1941 Alemania había declarado la guerra a los americanos y cuatro días después Japón había borrado del mapa la flota estadounidense del Pacífico, en Pearl Harbor. No hay ninguna evidencia de que ni el Reich ni el Imperio del Sol Naciente quisieran extender sus dominios más allá de la hegemonía continental, pero Estados Unidos, aunque sea de lejos, veían sus dos grandes costas amenazadas.

El 2 de marzo de 1942, la revista Life, con Ginger Rogers vestida de pescadora en la portada, publicaba el artículo "Six ways to invade US", donde presentaba seis mapas con seis escenarios diferentes de invasión de las fuerzas del Eje, ya sea de forma combinada (1), Japón en solitario (2 y 3), o en operaciones alemanas exclusivas (4 a 6), con más o menos apoyo japonés e italiano.


(1) El ataque japonés a la costa del Pacífico, viniendo desde el Norte, se apodera de los astilleros y de la industria aérea mientras los alemanes, con la ayuda de quintacolumnistas, aprovechan para atacar la costa Este por sorpresa.


(2) Ataque japonés frontal contra la costa Oeste desde las base de Pearl Harbor, con el único apoyo de portaaviones y de la fuerza aérea.


(3) Esta vez el ataque de la flota japonesa se ​​produce desde el sur del Pacífico, ocupando el Canal de Panamá y estableciendo una base en Ecuador.


(4) Es el plan más controvertido. Desde Gibraltar, la armada nazi, con apoyo japonés (que llega por Suez atravesando el océano Índico) e italiano (que se añade en el Mediterráneo) baja por la costa africana hasta Dakkar y, bordeando la costa caribeña de Brasil, América Central y México, invade América por el valle del Misisipí.


(5) La manera más complicada de cruzar el Atlántico porque obliga a salvar una lucha frontal con la armada americana. Saliendo también desde Gibraltar, se llega a Norfolk haciendo escala en Bermuda con barcos procedentes de Las Azores, islas Canarias e islas de Cabo Verde.


(6) Invasión sorpresa desde el Atlántico Norte, por el Canal de la Mancha, ocultándose de los británicos, y entrando por riu San Lorenzo, desde Islandia y Groenlandia.

Mirando atrás, todas estas hipótesis resultan poco probables. Era demasiado grande el esfuerzo que Alemania tenía que hacer para asaltar las costas estadounidenses, y resulta difícil imaginar a la armada nazi apoderándose de Nueva Orleans. En la información que da Life yo añadiría que sin una Unión Soviética manteniéndose al margen, la Wehrmacht no tenía efectivos lo bastante numerosos para controlar los frentes aliados europeos y trasladar una maquinaria de guerra suficiente para invadir Estados Unidos con garantías de éxito. Japón, con una retaguardia asiática menos conflictiva en ese momento, quizás sí que se podía permitir el lujo de intentarlo, como de hecho lo hizo atacando Pearl Harbor.

Tierra de promisión por excelencia, Estados Unidos convirtió aquel miedo a ser invadidos en rabia. Sobre todo hacia los japoneses. La paranoia a ser invadidos está siempre presente. Invasión ideológica (el comunismo), invasión terrorista (islamismo radical) o invasión extraterrestre. Y esta paranoia es la que alimenta el aparato defensivo y de guerra estadounidense, en un país que, desde la declaración de independencia, tiene el honor de ser el único estado que no ha sido invadido por ningún otro país extranjero. Y 70 años después de Pearl Harbor y 10 del ataque a las Torres Gemelas, sigue alimentando fantasmas que se materializan y se vuelven contra él, pero que sirven para construir el alma americana. La de un niño miedoso armado hasta los dientes.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Friang: no sólo los ángeles no tienen sexo


Cuando apenas había cumplido los veinte, Friang recibió un disparo en el vientre del oficial de la Gestapo que procedió a su detención en el Trocadero de París, frente a la torre Eiffel. Será la primera de sus citas con la muerte. La última fue el 6 de marzo, a los 87 años.

Pero si Friang murió habiendo recibido todos los honores: Gran Oficial de la Legión de Honor, la Orden Nacional del Mérito, Rosette de la Resistencia, Cruz de Guerra 1939-1945 y Cruz de Guerra de los Theatres de opérations extérieures, los pagó con sangre, sudor y lágrimas.

Un compromiso político que se gestó muy pronto, a los 19 años, llevó a Friang a rechazar el confort burgués de su familia parisina y se alistó en la Resistencia durante un año. Con el sobrenombre de Galilée 2, se dedicó a localizar campos de aterrizaje para los paracaidistas aliados, y a trasladar documentos y aparatos de radio.

La traición de un compañero de su propia red permite la detención, pero ni la tortura conseguirá que hable y delate a nadie. Tras su silencio vendría la deportación al lager de Ravensbrück, campo destinado a los experimentos médicos donde, además de las vejaciones de los nazis, tuvo que afrontar la "marcha de la muerte" de los famélicos prisioneros: 470 kilómetros a pie bajo la nieve. Cuando la Cruz Roja los recoge, es una sombra humana de tan sólo 26 kilos de peso.

Su vida civil comienza en 1947 como responsable de prensa de André Malraux, quien en sus Antimemorias convertirá su figura en símbolo "de este pueblo irrisorio de cabezas rapadas, cuerpos resecos en un pijama de rayas". En 1951 la historia convoca nuevamente a Friang. Después de su formación como paracaidista militar será corresponsal de guerra para la prensa escrita y más tarde para la ORTF, la televisión nacional francesa, en la Guerra de Indochina. Como corresponsal de guerra ejercerá un periodismo muy especial: salta en paracaídas con la infantería, repta bajo el fuego de los morteros y 1954 acaba con sus huesos en el infierno de las cárceles del Vietcong, en la batalla de Dien Bien Phu.

Más tarde participa en la expedición de la Crisis de Suez (1956), también llamada Guerra del Sinaí, donde Egipto es atacado por Gran Bretaña, Francia e Israel ante la decisión de nacionalizar el Canal de Suez. En 1967 cubre la Guerra de los Seis Días entre Israel y todos sus vecinos árabes, que termina con una rápida victoria israelí en una guerra de estrategia sin precedentes.

Entre 1958 y 1959 organiza el Ministerio de Cultura que dirige Malraux, y vuelve al combate, esta vez para cubrir la ofensiva del Vietcong sobre Saigón en la Guerra de Vietnam, momento en que dará por terminada su carrera como corresponsal.

En los años 70 Friang se dedica de lleno a escribir (en 1955 ya había publicado Les fleurs du ciel). En 1976 publica La mousson de la liberté, su visión de Vietnam, del colonialismo al estalinismo. En Un autre Malraux (1977), describe la relación entre el escritor, político y aventurero, y de Gaulle; los dos volúmenes de Regarde-toi qui meurs (1978) relatan sus años en varios frentes, y por último, en 2008, edita Petit tour autour de Malraux.

Hasta aquí el relato de la vida, apasionante, de Friang, que murió dos días antes del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una celebración que no debería existir si la historia, la que se escribe con mayúscula y la que se escribe con minúscula, no hubiera silenciado sistemáticamente las voces y los hechos que llevan nombre de mujer. Como siempre, ha sido necesario que una mujer muriera, que Friang muriera para saber algo de ella. He omitido el género femenino durante todo el artículo para referirme a ella, Brigitte Friang. Sólo he tenido que esquivar el libro que escribió en 1972, Une femme dans la guerre (1972), por razones obvias. Y quizá alguien habrá recordado que Ravensbrück era un campo de concentración sólo para mujeres. No puedo dejar de pensar en la metáfora.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La ventana indiscreta


Todos conocemos la película La ventana indiscreta (Rear Window, 1954), de Alfred Hitchcock, con James Stewart y Grace Kelly. Un fotógrafo, interpretado por Stewart, tiene la pierna enyesada debido a un accidente y entretiene el tedio mirando con unos binoculares por la ventana que da al patio interior de una manzana. Empieza a sospechar del comportamiento del vecino de enfrente y termina espiando y fotografiando a los vecinos de todas las viviendas. En la película de Hitchcock sólo vemos escenas parciales de lo que ocurre en las ventanas o en el patio, pero en ningún momento vemos el escenario completo.

El fotógrafo y director de cine, Jaffa Desom ha deconstruido y ha diseccionado las imágenes de la película y las ha vuelto a montar, utilizando after effects, para reconstruir el escenario en un vídeo time-lapse. Desom nos muestra la película como si Hitchcock la hubiera rodado exclusivamente con este plano, lo cual ha sido posible gracias a que fue rodada casi siempre desde el mismo ángulo.

Montada manteniéndose fiel a la trama y a la cronologia del original, el resultado tiene una duración de 20 ', pero Desom, a quien parece interesar más la arquitectura del escenario que el argumento, ha preferido dejar el vídeo en casi 3 ', y con él ha obtenido el premio Vimeo 2012.




Rear Window Timelapse from Jeff Desom on Vimeo

domingo, 17 de junio de 2012

Centenario Manolo Prieto: una de cowboys


Hagamos una prueba. Sientate en el sofá. Ponte cómodo. Apoya la cabeza hacia atrás. Cierra los ojos. Si puedes, viaja al pasado entre cuarenta y cincuenta años. Estás dentro de un coche y miras por la ventana como pasa el paisaje. La proximidad de los plátanos de sombra en los márgenes de la carretera aumenta la sensación de velocidad. También las posibilidades de estrellarse, por eso ya no los hay. Los árboles pasan uno tras otro. Si te has tomado una Biodramina, el movimiento del coche te producirá un estado de somnolencia. Si no has tomado nada y eres propensos al mareo, tendrás arcadas. Antes de vomitar sobre la tapicería, avisa. No siempre se está a tiempo, pero esta vez quiero que bajes. El coche busca un recodo donde apartarse de la carretera. El tiempo justo de sacar el desayuno y la bilis. Toma aire aguantándote con una mano sobre la pared rocosa. Hay un anuncio pintado. Lo ves? Es de un agua mineral. Ahora sí, ¿verdad? Agua de Solares. Sólo sabe a agua. Aumenta el sabor agrio en la garganta, pero es preciso volver al coche porque esto no ha terminado. ¿Falta mucho, para llegar? Siempre falta mucho.

Continuamos. Ahora se acaban los árboles y el paisaje se ensancha. La profundidad de campo nos permite mirar hacia el infinito, y cuanto más lejos, más lento parece todo. Las montañas están estáticas. El mundo parece haberse detenido y el estómago baja hacia su posición natural. Hay campos segados, gavillas amontonadas, pequeñas ondulaciones del terreno, postes de teléfonos, algún molino de viento, alguna casa de labranza, se intuye algún pueblo en la lontananza. El aire huele.

Recuerda que estás con los ojos cerrados, pero no te duermas porque tenemos que estar ojo avizor para identificar los elementos que nos llaman la atención. Venimos de un medio urbano y estamos acostumbrados a los símbolos, a las metáforas, es decir, a la representación de la realidad. Para nosotros el mundo rural es cualquier cosa menos simbólico. Es realista y... huele a campo. ¿Qué nos llama la atención, pues? Los anuncios. Pero no olvidemos que somos niños, o como mucho adolescentes. Jugamos con soldados, indios y muñecas, y hace cincuenta años la publicidad no iba dirigida a nosotros.

¿Los ves? Un cowboy montado a caballo, una misteriosa silueta que se esconde bajo una capa y un toro recortado sobre el cielo. John Wayne, Jack Palance y el toro de los ranchos y los rodeos del far west. O si lo prefieres: Nitrato de Chile, Sandeman y Osborne. El tiempo, la historia, el contexto y la imaginación modifican el significado de los símbolos, que son, por sí mismos, neutros.




El toro de Osborne nacía en 1957 para anunciar el brandy Veterano. El proyecto -un logotipo que fuera visible en todas las carreteras del estado- fue encargado a la agencia Azor. Se hizo cargo Manolo Prieto (1912-1991), un genial diseñador gráfico, publicista, cartelista, diseñador de medallas y pintor, que se hizo muy conocido gracias a las portadas de la colección Novelas y cuentos (1942-1959). Antes, durante la Guerra Civil, como militante del Partido Comunista había sido dibujante de la Milicia Popular y de la Delegación de Propaganda y Prensa.

Este 16 de junio se ha cumplido el centenario de su nacimiento en El Puerto de Santa María (Cádiz), y La trastienda del Sr. March ha querido participar de la celebración en la red al lado de otros compañeros, como Crean, & Piscolabis Librorum, Galeria d'Imatges, Galeria d'Imatges X o Bereshit (con quien compartimos apunte, ellos en catalán, nostros en castellano); artículos e imágenes originales, de los que podéis disfrutar si accedéis a sus blogs.Un reconocimiento que se suma, aunque sea de manera simbólica, a los actos de la Fundación Manolo Prieto.

Manolo Prieto no estaba especialmente contento de la fama que el toro de Osborne le había proporcionado, después de toda una vida dedicada al diseño gráfico, con una producción que sobrepasa en calidad a la de un logotipo que, sin embargo, ha demostrado su perdurabilidad. Hemos querido repescar de nuestro imaginario una imagen plausible entre muchas otras, tan real o irreal como el resto.

Y ahora llega el momento de hacer el viaje de vuelta a casa. Rehacer el camino por las mismas carreteras y la autopista. Cansado. Sin ánimo para convertir el paraje del atardecer en un anuncio de Marlboro, con los rebaños de vacas y toros convertidos en una caravana de coches que avanza lenta sobre el asfalto, mientras la realidad se impone demasiado dolorosamente sobre los hombros quemados por el sol y con restos de sal cristalizada. Las luces de posición y de freno sustituyen a la luz del sol. Los ojos se cierran, pesados, mientras una salmodia repite por la megafonía: Llegando a la fábrica de cemento, carril izquierdo señalizado, directora en Barcelona. [1]


[1] Información de tránsito con que se anunciaba que se añadía un carril para acceder a Barcelona, a la altura de la fábrica de cemento Asland, en Montcada i Reixac.

lunes, 4 de junio de 2012

El sonido del silencio


El lenguaje es una de las características que nos define como seres humanos. Lo es desde el punto de vista lingüístico, pero no exclusivamente. La música lo es, también. Aunque no tengamos formación musical, nos podemos dejar llevar por el diálogo de las notas, los acordes, la armonía. Algo hay dentro de nosotros que nos permite decodificar los sonidos de forma sensible. Lo son también las matemáticas, el lenguaje que permite la abstracción de la realidad reduciéndola a la belleza de un símbolo o de una fórmula.

El contacto, el estudio, la necesidad, la voluntad nos permiten el aprendizaje. Lo que no está tan claro es cómo se aprende que el silencio es también un lenguaje. Porque lo es. Del mismo modo que la negación de la realidad te lleva a otra realidad, las ausencias, las elipsis y la falta de palabras (orales o no) nos construyen igual que poniendo nombre a las cosas, los conceptos, a las imágenes. Sin embargo, es necesario un mundo referencial que permita identificar un mensaje en el silencio entendido coma falta de sonido. Un sordo de nacimiento no tiene marco referencial, por lo tanto, su silencio está vacío de contenido.

Seguramente no somos conscientes del silencio hasta que alguien nos lo hace evidente. Pienso en la infancia, y en su copia en negativo que es la adolescencia, cuando el sonido de las tardes de verano era el polvo moviéndose entre las rendijas de luz de las persianas bajadas, cuando cabeza y cuerpo se sumergían dentro del silencio del agua de la alberca, cuando el sonido de la lectura era el silencio absoluto de todo lo que estaba fuera del libro, cuando el nombre del hijo era aquel sonido que nunca pronunció el padre, cuando el silencio de la madre era la expresión del amor, cuando el silencio de la noche era el tic-tac del reloj de pared, y la piel desnuda era el sonido del cuerpo y el fuego ardía mudo, cuando el paso del tiempo era el sonido de un tren y del viento.

Tystnaden (El silencio, 1963)

En el paraíso nada es evidente. Hay que ser expulsado de él para captar de qué estamos hechos. Y es estrictamente necesario ser expulsado y saber con qué tenemos que cargar. Es necesario que se haga el silencio para escuchar el significado de las palabras que hemos oído, sin tener que renunciar a nada.

Así lo entendí de Bergman cuando aún no sabía nada del silencio que nos rodeaba. Catorce, quince, dieciséis años? No lo recuerdo. Pero en ningún silencio he oído tantas palabras como en el cine de Bergman. Especialmente en El silencio (1963), donde se nos obliga a construir el mundo de los protagonistas a partir de ese silencio, que tiene mucho de incapacidad infantil para expresar la realidad y los sentimientos. Bergman era como ver pasar la vida desde la ventana de un tren en lugar de ver pasar los trenes desde la vida. Bergman es inquietante, pero dejas de estar solo. Una vez más, el arte salva. La alternativa no puede ser ni el cielo ni el infierno porque son la misma cosa.

Jungfrukällan (El manantial de la doncella, 1960)

En Persona (1966) Bergman nos enseña como lo que empieza siendo una pérdida del habla por estrés de una actriz que estaba representando Electra se convierte en el elemento que permitirá la construcción de los personajes: la actriz y la enfermera que la cuida. Una relación de simbiosis y vampirización que se produce por la falta de lenguaje de una y la necesidad de construir en el vacío por parte de la enfermera. Un juego de realidad y representación que se corresponde con la propia voluntad manipuladora del director: crea "realidad" más allá de lo que nosotros podamos pensar y creer. Es el efecto contrario de las películas mudas, donde la realidad debe ser representada gestualmente por los actores porque que el gesto (y la expresión) es el lenguaje. El expresionismo tilizó esta técnica para ir más allá y convertir la expresión en la forma de representar lo que se esconde tras la realidad aparente.

No he visto The artist (2011), la película muda de Michel Hazanavicius, pero difícilmente tendrá nada que ver con el cine mudo, con el silencio y con el expresionismo porque la película nace como objeto amputado de los recursos habituales del cine sonoro y sin ninguna posibilidad de ser expresionista porque bastante riesgos corre siendo muda y en blanco y negro.

La que sí es una gran película donde el silencio nos cuenta la historia y construye los personajes es Nothing personal (2009), de Urszula Antoniak. En este caso, el silencio es la manera como la protagonista borra su pasado y comienza de nuevo. Estaría cerca de Persona, pero lejos de El silencio: el adulto escoge, el niño que entra en la adolescencia, no.

No soy muy estricto en cuanto al lenguaje cinematográfico: al final, me conformo con una buena historia que esté bien contada y bien interpretada, que no es poco. Pero agradezco cuando alguien recuerda que una película está hecha de imágenes; cuando alguien nos recuerda que el lenguaje cinematográfico es visual; que quien "escribe" la película es la mirada del director con la cámara. Los diálogos no lo son todo. Es el objetivo el que nos lleva al conocimiento, quien explica, no una voz en off. Hablo del placer de ir descubriendo el mundo y el alma, a través de los ojos de quien nos cuenta la historia. En Nothing personal es la directora quien cuenta la historia, los actores la viven.

Disfrutamos de la historia no como un elemento más del decorado, sino con la curiosidad del voyeur que ha sido invitado a mirar por un agujero y ver lo que sólo pertenece a la intimidad de los protagonistas. La música es casi imperceptible, no es invasiva. Sólo unos tonos que no condicionan nada el desarrollo de la historia. La realidad que nos rodea, percibida, recreada, imaginada, no está musicada.

Y en el silencio, nos queda el gesto, que fue antes que la palabra. La palabra es la constante lucha por conseguir interpretar el gesto. Incapaces de crear (que es el "verbo" del sustantivo "gesto") el mundo a nuestra imagen, unos inventaron los dioses y otros, las palabras.